#Cubababy y el método científico: itinerario

Vale, ya sabemos la documentación que necesitamos para entrar en Cuba con un bebé.

De acuerdo, hemos reservado una cunita para que el bebé duerma y deje dormir en el avión.

Sabemos algo sobre los alojamientos en Cuba.

Pero, y ahora ¿Cómo organizamos los 25 días de viaje por la isla con un bebé de 7 meses? ¿Debemos someterle al ritmo habitual de nuestros viajes? ¿Se cansará el bebé de los desplazamientos? o ¿Nos cansaremos nosotros del bebé? Por otro lado tampoco hemos cruzado el charco para estar 25 días en la piscina de un resort. Ay joder, esto se complica por momentos ¿Y qué itinerario seguimos? ¿Mejor nos quedamos 25 días en La Habana? ¿Y si el bebé se pone enfermo? ¿Y si enfermamos nosotros? …

Para responder a todas estas cuestiones y tomar así la decisión menos comprometida para los miembros de la expedición, decidí que lo más apropiado era utilizar el método científico. A continuación paso a enumerar las distintas etapas que supuso la puesta en marcha del método científico para establecer la teoría del itinerario del #CubaBaby

1.- Observación: Vigilamos al individuo (la pequeña koaleta de 7 meses), sus progenitores (Merchef y Passepartout) y el medio en el que pretenden moverse (el mapa de Cuba).

2.- Formulación de hipótesis: con los datos que obtuvimos en la fase de observación formulamos la hipótesis que se aleja de la practicidad viajera y se adentra en cuestiones biogenéticas. La hipótesis que nos formulamos es la siguiente: «el gen viajero de Passepartout y Merchef se ha transmitido correctamente al bebé»

3.- Experimentación: lo principal de esta fase no es probar la hipótesis sino refutarla. Así que planificamos un itinerario más calmado que el que habríamos seguido sin la bebé, pero que permitía visitar algunos de los principales atractivos de la parte central y occidental de la isla. A continuación detallamos el ITINERARIO experimental por Cuba con un bebé de 7 meses que tenía por objetivo refutar la hipótesis de la correcta transmisión del gen viajero de padres a hijos

  • La Habana 5 noches: visitando Habana Vieja, Malecón, Centro Habana, Vedado… comiendo un helado en Coppelia, tomando un café en el Hotel Nacional y un mojito en la terraza del Ambos Mundos… Pero sobre todo disfrutando de un buen ron en el Bar Dandy en la plaza del Cristo. La bebé se conformaba con la leche en polvo.

    Catedral Ortodoxa Habana

    Catedral Ortodoxa Habana

  • Santa Clara 2 noches: desplazamiento Habana-Santa Clara en bus Viazul. Alojamiento en Hostal Familia Rivalta, uno de los mejores de nuestro itinerario. Visitando el memorial del Che Guevara, el parque del tren blindado. Cenando como reyes rodeados de cubanos en el restaurante Saborearte en la calle Maceo 7. Haciendo una excursión de unas horas al pueblo colonial de Remedios en un taxi que se averió tres veces en 45 kilómetros. Ahhh, y lo mejor y lo inigualable y para nosotros la mejor atracción de la ciudad (posiblemente de la isla) pasar una velada en el Club Mejunje. Sí, se puede ir al Mejunje con un bebé. Damos fe. Los tres lo pasamos genial, montones de cubanos se acercaron a saludar al koaleta que al final de la tarde iba de brazo en brazo.

    Santa Clara

    Memorial del Che en Santa Clara

  • Sancti Spiritus 1 noche: desplazamiento Santa Clara- Sancti Spiritus en Viazul reservado el día anterior al viaje. Escala de aproximación al Cayo en el que teníamos reservado un resort. Aprovechamos para callejear, visitar uno de los puentes más antiguos de Cuba y tomar mojitos Passepartout, cervezas Merchef y biberones de leche en polvo traída desde España la bebé.
  • Cayo Guillermo 3 noches: traslado Sancti Spiritus- Ciego de Ávila en bus Viazul. Trayecto Ciego de Ávila- Melia Cayo Guillermo en taxi. Intentamos compartir el taxi pero no encontramos más pasajeros con nuestro destino. Melia Cayo Guillermo, uno de los Resorts más alejados del mundanal ruido, imposible llegar en transporte público. Encontramos el establecimiento recomponiéndose tras el Huracán Irma. La habitación fue genial, al vernos llegar con un bebé nos cambiaron a una suite sin incrementar el precio. Increíble la simpatía del personal al vernos aparecer con un bebé. Lo peor, la relación precio/tiempo de mierda que nos hizo los tres días; del total de las 72 horas  que estuvimos en Cayo Guillermo solo disfrutamos 1 hora de sol y playa.

    Melia Cayo Guillermo

    Check in Please

  • Camagüey 2 noches: traslado Cayo Guillermo – Ciego de Ávila en taxi. Ciego de Ávila – Camagüey en bus Viazul. Alojamiento en Casa Guerra, recién renovado, amabilísimos y con un montón de interesantes recomendaciones de la ciudad. En Camagüey básicamente paseamos y disfrutamos de sus plazas, sobre todo de la plaza San Juan de Dios.
  • Trinidad 3 noches: Camagüey – Sancti Spiritus con Viazul. Sancti Spiritus – Trinidad, taxi compartido. Es verdad que Trinidad es tan bonito como turístico y por eso hay que estar atentos a posibles timos al turista. Volvería una y mil veces a tomar un mojito al atardecer a la escalinata de la plaza principal. Y volvería una y dos mil veces a Playa Ancón, que si bien dudo que sea la más bonita del Caribe está tan cerca de Trinidad y las aguas son tan transparentes que se le perdonan esos hotelazos en primera línea.

    Trinidad

    Trinidad

  • Cienfuegos 1 noche: trayecto Trinidad-Camaguey en Viazul. Lástima que tuviéramos billete para salir de Cienfuegos, porque bien habríamos podido quedarnos un par de noches, y aprovechar para pasear por su malecón, visitar el teatro, disfrutar del atardecer en Punta Gorda… Nuestra pequeña koaleta se entusiasmó de lo lindo con la «papa de madanga» que le preparó Idania en nuestro alojamiento «El lente de Oro».
  • Varadero 2 noches: 6 horas de Trayecto Cienfuegos – Varadero en bus Viazul. Quizá un viaje demasiado largo para el bebé, mejor dicho para nosotros con el bebé. Nos impacientamos la última hora de viaje al notar al koaleta un poco nerviosa. Tanto habíamos oído hablar de Varadero que nos resulta impensable no comprobar que se escondía detrás de ese nombre. La playa efectivamente es espectacular. Y el pueblo Varadero es un poco como las bambalinas del escenario de los turistas que son los espectaculares resorts. Atención, aquí sufrimos otro timo, ya que nos alojamos en una casa particular pirata que carecía de permiso. Nos dimos cuenta justo cuando nos íbamos (muy atentos no estábamos).
  • Viñales 3 noches: 7 horas de viaje en bus de Viazul. Efectivamente otra paliza para todos, incluidos el resto de viajeros del autobús que soportaron llantos y demás inconvenientes infantiles (ya me entendéis). Pero de verdad que merece la pena. Viñales es turístico, sí y qué!! Y es que se en ese pequeño pueblo plagado de alojamientos se respira un aire diferente… Una suerte de campo base de montañeros con pocas pretensiones. Una pequeña localidad surtida de una oferta de restaurantes y bares digna de una gran capital. Nuestra recomendación, aventuraos a dar un paseo por los alrededores a vuestro ritmo. Salid del pueblo por el camino del estadio de pelota, dejaros llevar por vuestro instinto y ante la duda regresad por el mismo camino.

    Panadería Viñales

    Panadería Viñales

  • La Habana 2 noches: parada obligada en nuestro caso para tomar el vuelo de regreso. Aprovechamos para  despedirnos de algunos de los lugares que más nos sedujeron 20 días atrás. Sobre todo un mojito en el bar Dandy.

4.- Emisión de conclusiones: tras la experiencia de 25 días por Cuba con nuestro bebé de 7 meses nos ha sido imposible refutar la hipótesis » el gen viajero de Passepartout y Merchef se ha transmitido correctamente al bebé «. Por lo que debemos extraer unas conclusiones, formular una teoría y compartirla con la comunidad científica viajera.

La conclusión es que aparentemente nada parece indicar que no se haya transmitido correctamente el gen viajero ya que no se han observado anomalías en el comportamiento del bebé durante el tiempo que ha durado el viaje. Así mismo debemos indicar que tampoco han aparecido en la piel del sujeto observado eccemas, sarpullidos u otras erupciones relacionadas con el acto de viajar. Por otro lado deseamos señalar que los progenitores tampoco han desarrollado sintomatología aparente en el transcurso del viaje (incluyendo en esta sintomatología incapacidad para comunicarse mutuamente, apatía o desgana por el otro miembro de la pareja). Además se reporta que el hecho de viajar con un bebé te acerca a la población local de una manera que hasta entonces no se había experimentado.

En todo caso el equipo científico de @enunsalondete considera que no tiene datos suficientes para emitir una teoría y se emplaza a nuevos experimentos para convertir la hipótesis en teoría.

Además solicitan a la comunidad científica que se abra un debate sobre la cuestión.

Un comentario

  1. […]  Aquí un breve resumen de nuestro periplo esloveno y una demostración, para los que  necesitan demostraciones empíricas de que un bebé también puede ir de viaje y lo puede […]

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